Un retiro de verano en un promontorio rocoso.

La fuerza de este proyecto se deriva de la sinergia armoniosa entre su ubicación y su concepto arquitectónico. Situado en un espectacular promontorio rocoso, ofrece vistas panorámicas de Mykonos, su puerto y las islas del Egeo.

El diseño se centra en una torre que recuerda a las antiguas fortificaciones, que comprende dos residencias orientadas al sol y protegidas de los vientos del norte. Potentes volúmenes blancos y de piedra emergen del acantilado, mezclándose a la perfección con el entorno natural. Además, los muros de piedra organizan los espacios exteriores circundantes, creando patios, áreas sombreadas y soláriums para dos piscinas. Los senderos a lo largo de los acantilados realzan la experiencia, invitando a la exploración y la inmersión en el impresionante paisaje. La vegetación mediterránea prospera exuberantemente, especialmente en las laderas protegidas del viento.

Para lograr una integración perfecta y privacidad, los diseñadores tallaron meticulosamente la piedra autóctona para reposicionar las casas. Este cambio de elevación crea percepciones cambiantes de los edificios. Desde el primer momento, la estructura parece de un solo nivel, mientras que desde el mar, los niveles se dividen en capas escalonadas.

El propietario influyó significativamente en el diseño interior y exterior, combinando antigüedades griegas con grandes puertas de roble y hierro de la dinastía Xian. Esta combinación logra una fusión perfecta de elementos antiguos y contemporáneos, creando una estética única y atemporal.

En general, esta residencia ejemplifica cómo el diseño bien pensado y la belleza natural pueden combinarse para crear un espacio habitable impresionante y funcional. La atención al detalle tanto en el diseño arquitectónico como en el paisajístico garantiza que la casa armonice perfectamente con su entorno, brindando un ambiente sereno y acogedor.