Muros de piedra y líneas curvas, equilibrio perfecto entre privacidad y amplitud.

Esta residencia unifamiliar, situada a tan solo dos horas de Atenas, se integra perfectamente con su entorno a través de tres elementos: techo verde, piedra y agua.

El diseño orgánico de la planta alterna líneas rectas y curvas, creando una estética arquitectónica dinámica. El techo verde fusiona la estructura con el entorno natural, mientras que la piedra de origen local aporta autenticidad a la residencia. Con sus tonos y texturas, la piedra aporta una materialidad hermosa y poderosa tanto al interior como al exterior. Además, el uso de madera en la entrada principal une las paredes, aportando calidez y contraste.

El agua juega un papel central en la residencia, actuando como eje que recorre la casa. Aparece como un estanque en la entrada, un canal en la suite principal y la sala de estar, una pequeña piscina que se extiende desde el baño de la suite y una piscina infinita rodeada de una terraza solárium y un porche.

En general, esta residencia ejemplifica cómo la arquitectura puede armonizar con el paisaje. Utiliza materiales naturales y elementos de diseño para crear una conexión visual y emocional con el entorno.