Esta espléndida casa tiene vistas al mar Egeo y a la icónica Mykonos. Una roca existente, notable por su magnitud y posición estratégica, sirve como origen y punto focal del proyecto, creando una experiencia de vida única que fusiona arquitectura y naturaleza.

El diseño es funcional y bien diseñado, con alas separadas para áreas comunes y dormitorios. Un pequeño canal de agua, que se convierte en una gran piscina, conecta visualmente la casa con el mar desde el momento en que ingresas.

Los interiores luminosos realzan la belleza de la casa, utilizando tonos claros en todas partes. Elementos de arquitectura vernácula, como volúmenes de yeso blanco, vigas de madera, cúpulas y distintivas chimeneas de bordes redondeados, se incorporan a la perfección.

Los largos muros de piedra colocados estratégicamente alrededor del edificio protegen la casa y las áreas exteriores del poderoso viento Meltemi. Estos muros resaltan la composición al crear diversos espacios al aire libre y aumentar la privacidad.

El sitio presenta un tapiz diverso de vegetación mediterránea, que incluye hierbas aromáticas, olivos y flores silvestres vibrantes como lavanda y romero. Esta exuberante vegetación integra aún más la casa con su entorno natural, mejorando la estética general y creando un entorno de vida sereno y armonioso.