Elegancia rústica: materiales locales y colores cálidos de la arquitectura siciliana.

Un proyecto de vida llevó a una pareja británica con dos hijos a mudarse a Sicilia. Encantados por la isla y el Mediterráneo, adquirieron un terreno en el pintoresco campo. La ubicación ofrece impresionantes vistas de campos, suaves colinas y el mar centelleante. Elementos distintivos como olivos y árboles frutales, un magnífico pino y viejos muros de piedra le dan al lugar su encanto único.

La propuesta arquitectónica adopta estas características, conservando el camino de acceso original. Crea una entrada acogedora a través del antiguo huerto. La casa se desarrolla de forma lineal, optimizando el espacio y mejorando el flujo entre las áreas interiores y exteriores. Un porche exterior y una piscina con cascada completan el conjunto. Estos lugares brindan áreas perfectas para la relajación.

Los tonos cálidos dominan la estética, dictados principalmente por la piedra nativa elaborada por artesanos locales. El yeso rústico y texturizado, los pisos de cerámica y los elementos de madera para la carpintería y las pérgolas enriquecen la atmósfera acogedora. Las grandes ventanas y las puertas de vidrio aseguran que la luz natural inunde los interiores. Este diseño crea una conexión perfecta entre el interior y el exterior, ofreciendo vistas impresionantes desde todas las habitaciones.

El diseño irradia el encanto rústico de una finca rural. Destaca una profunda conexión con la tierra y respeta las costumbres locales. El paisajismo complementa la arquitectura a la perfección. Las plantas autóctonas y las áreas de estar al aire libre cuidadosamente diseñadas realzan la belleza natural del lugar.

Este proyecto ofrece un espacio habitable hermoso y funcional para la familia. Respeta y se integra con el entorno circundante. Al honrar el contexto natural y cultural de Sicilia, el diseño combina tradición y modernidad. Es un testimonio de la vida sostenible y la excelencia arquitectónica.