Construido entre en Badalona, sobre la antigua carretera Barcelona–Francia, el Complejo Residencial Montigalà transformó una parcela de 23.475 m² delimitada por una vía de tráfico y calles estrechas de baja altura. En lugar del modelo de manzana cerrada exigido por las ordenanzas locales, los arquitectos Francisco Barba Corsini, Margarita Brender y J.A. Padrós Galera crearon un vecindario abierto y unificado con plazas, jardines y calles peatonales.

El conjunto suma aproximadamente 72.000 m² de superficie construida e incluye 350 apartamentos —distribuidos en torres de 13 plantas y bloques bajos de 3 a 4 pisos alrededor de patios ajardinados—, además de comercios, una guardería, un café-club y un aparcamiento subterráneo para 200 coches. Una red de caminos peatonales interiores, plazas escalonadas, rampas y zonas verdes fomenta los encuentros y la vida comunitaria.

Uno de los rasgos distintivos del diseño es el contraste entre el hormigón armado visto y los brillantes revestimientos cerámicos, los pavimentos rojizos y las cubiertas ajardinadas de los bloques bajos, que actúan como paisaje visual para las torres.

La innovación social del proyecto residió en su entorno amigable para el peatón y libre de coches, en la flexibilidad de las viviendas y en la integración armoniosa de los espacios públicos y la vegetación. A pesar de las limitaciones económicas, fue bien recibido por los residentes y por la ciudad como un modelo de vivienda urbana orientada al ser humano.