Un proyecto sensible e impactante que respeta y se relaciona armoniosamente con el entorno natural.

El objetivo principal del proyecto arquitectónico de la bodega familiar fue integrar los distintos espacios bajo un diseño unificado. Esta colaboración entre el cliente y el arquitecto permitió que el diseño reflejara la tradición y calidad de la bodega.

Un elemento clave del proyecto es “La Arcada”, un pórtico-arco que conecta las distintas partes de la bodega, facilitando la comunicación entre las puertas de acceso bajo los cerros. Dentro de esta red subterránea, se destacan dos espacios: la “Gran Sala”, para recibir a los invitados distinguidos, y la “Sala Redonda”, en la intersección de múltiples túneles. La Sala Redonda cuenta con una gran bóveda y un péndulo de Foucault, que simboliza el paso del tiempo.

El proyecto también pone énfasis en la atención meticulosa a los materiales y la iluminación. Se utilizaron losas de cuarcita natural para el piso, mientras que las paredes se terminaron con cemento y mica. Las luces montadas en el piso y los conos de cobre en las paredes crean un juego de reflejos cautivador, que recuerda a las noches estrelladas.